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Grupos de Crecimiento


El hierro se afila con el hierro, y el ser humano aprende de su semejante.
Proverbios 27:17


¿Qué es un Grupo de Crecimiento?

Un Grupo de Crecimiento es una manera sencilla de desencadenar los elementos esenciales del andar espiritual, a personas que lo necesitan. Es una herramienta sencilla para el crecimiento que anima y apoya a las personas a seguir a Jesús, creando una motivación interior en lugar de aplicar presiones y estrategias externas.

Resumen Simple de lo que es un GdC:
  • Un GdC nos reúne una vez a la semana por aproximadamente una hora.
  • En los GdC somos dos o tres personas (la adición de una cuarta persona es el inicio de un segundo grupo y la multiplicación es inminente).
  • Los grupos los formamos personas del mismo sexo.
  • No tenemos para los GdC plan de estudios, libros de texto o entrenamiento requerido.
  • No se necesita líder en el grupo.
Sólo tres cosas son llevadas a cabo en un GdC:
  1. Nos confesamos nuestras luchas internas en rendición mutua de cuentas (accountability).
  2. Leemos la Biblia repetitivamente en contexto y en comunidad.
  3. Oramos por otras personas, específica y continuadamente.
Un GdC es simple, aunque poderoso. Incorpora los valores de comunidad, transformación de vida integralmente y el animar a otros a vivir desde el ejemplo de Jesús.

¿Quiénes deberían estar en un GdC?

Sólo hay dos cualificaciones sugeridas para comenzar o unirte a un GdC:
  • Una necesidad de crecimiento y transformación (Lucas 5:29-32)
  • Fidelidad en el proceso mismo (2 Timoteo 2:6)
Estos dos criterios se nivelan el uno a otro, para mantener el grupo encaminado. El renunciar a cualquiera de estos dos principios frenaría o descarrilaría la efectividad del GdC.

La Fuerza de Dos o Tres

A continuación exponemos una serie de razones bíblicas del por qué pequeñas unidades de dos o tres es mejor que grupos más grande cuando se trata de crecer en comunidad:

Comunidad (Eclesiastés 4:9-12): La transformación en la vida no ocurre en el vacío; sucede en relación con otros. Desde el principio Dios ha dicho: no es bueno que el ser humano esté solo. Nos necesitamos unas personas a otras para darnos apoyo y fortaleza (Proverbios 27:17).

Rendición de Cuentas (1 Timoteo 5:19): Pocas cosas se harían en la vida sin algún grado de rendición de cuentas. El Nuevo Testamento enumera a menos veintiocho propuestas del tipo “unos a otros”. No existe duda que como personas nos necesitamos unas a otras para vivir la vida a la que Jesús nos invita.

Confidencialidad (Mateo 18:15-17): Es más fácil mantener la confidencialidad en un grupo de dos o tres, que en un grupo de diez o doce.

Flexibilidad (Mateo 18:20): Es mucho más fácil coordinar las agendas de sólo dos o tres, en lugar de intentar coordinar las de un grupo de quince personas. Un GdC puede reunirse en ¡cualquier sitio!

Reproductibilidad (2 Timoteo 2:2): Es más fácil reproducir un grupo pequeño y simple, en lugar de uno grande y complejo. Quizás por esta razón Jesús nos manda hacer personas discípulas (que están en proceso de crecimiento) en lugar de grupos o iglesias (Mateo 28:18-20). Personas seguidoras de Jesús transformadas, en comunidad, son la unidad base del cambio desde la perspectiva del Reino de Dios.

Sólo hay tres tareas que son llevadas a cabo en un GdC. Estas son…

1.- Nuestras luchas internas y aun fracasos son confesados en rendición mutua de cuentas.

Las personas cristianas nos necesitamos unas a otras (Hebreos 10:24-25). Existe fuerza en las relaciones interpersonales que son formadas alrededor del apoyarnos unas a otras. La primera cosa que en un GdC hacemos cuando nos reunimos, es rendirnos cuentas acerca de cómo estamos viviendo. La reunión comienza aquí debido a que es fácil desviar el tiempo hablando de otras cosas.

También es de ayuda comenzar con este compartir personal lo cual tiende a santificar el resto del tiempo juntos. Las preguntas son directas. Cada persona toma un turno para responder cada pregunta. El grupo debe ser un lugar que provea la honestidad y la confidencialidad. La confesión prepara el terreno en el corazón de las personas para la lectura de la Biblia, la cual es leída durante toda la semana.

2.- Leemos la Biblia repetitivamente – En Contexto y en Comunidad

El poder de este sistema es el exponernos a semillas que necesitamos para la transformación de vida.  Jesús dijo que la Palabra de Dios era la semilla de vida nueva (Lucas 8:11,15). Esperamos que las vidas sean cambiadas y que estas den frutos tras el trabajo de plantar el mensaje que el Espíritu de Dios está trayendo a nuestro contexto.

En cada grupo decidimos que libro de la Biblia leeremos esa semana. La meta es crear un apetito interno por lo que Dios nos puede enseñar  a través de lo que aprendieron nuestros ancestros y dejaron escrito en lo que hoy llamamos la Biblia (quizás se trata de algo que olvidamos, algo que debemos dar continuidad o algo que aun está por ser transformado en nuestro entorno). Queremos captar el contexto en que escribieron y descubrir los principios universales que se aplican al nuestro, así que una recomendación es leer cada día grandes porciones del libro escogido,  lo cual nos puede ayudar posteriormente a una mejor meditación centrada en porciones más cortas. 

3.- Oramos por otros de manera específica y regular

Cada miembro del GdC identificamos personas que Dios pone en nuestro camino y que necesitan del amor transformador de Jesús. Pedimos por cada uno de ellos durante la semana.